¿Qué guardar y qué no en la nube?


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El Covid-19, la pandemia, el aislamiento social y la digitalización que sufrieron las empresas hicieron que nube cobre aún más protagonismo. La nube es una de las cartas fuertes en la estrategia IT de muchas empresas, pero sus costos pueden dispararse si no hay cuidado. 

¿Qué es recomendable guardar?

El correo electrónico y las aplicaciones empresariales encabezan los rubros que suelen tener las compañías en la nube. De hecho, en un reporte de 2019, Forrester indicó que aproximadamente 20% de este tipo de aplicaciones residen en la nube.

Los especialistas recomiendan revisar el costo-desempeño antes de optar por servicios externos. Por ejemplo: los requerimientos de las aplicaciones en términos de infraestructura, sistema operativo o almacenamiento, su uso consistente o fluctuante del CPU, o bien que requiera determinada latencia para funcionar adecuadamente.

¿Qué dejar afuera?

Las aplicaciones que trabajan con datos sensitivos, en especial las que involucran factores regulatorios o riesgos legales si se diera el caso de una vulnerabilidad, se recomienda mantenerlas en una nube privada.

Otro caso sería el de aplicaciones que corren en plataformas legacy, que por sus características no siempre cuentan con soporte de proveedores de nube, o que hacen de su adaptación un trabajo más arduo que rehacerlas desde cero.

No se recomienda guardar claves ni datos bancarios.

Hacer copias de seguridad de nuestros datos en un disco duro es una tarea sumamente recomendable. Aunque también te valgas de la nube. Si tienes un teléfono lleno de fotos y datos valiosos tómate de vez en cuando el tiempo necesario para hacer una copia de seguridad de los datos en un disco duro.